Peeling Químico
¿Para qué sirve?

Disminuir manchas, cicatrices y arrugas son algunos de los objetivos de un peeling químico, tratamiento que consiste en la descamación forzada de las capas de la epidermis, lo que acelera el proceso fisiológico de renovación celular. Aunque puede hacerse durante todo el año, el otoño y el invierno son ideales, ya que la recuperación –proceso fundamental para no volver a manchar la piel– involucra evitar cualquier contacto directo con el sol por varios días.

En el peeling químico se utilizan distintos tipos de ácidos, como el mandélico y glicólico. Estos generan quemaduras químicas en la piel, lo que produce que se caigan las células y se empiece a regenerar el tejido. Generalmente este tipo de peeling es superficial y, aunque se hable de quemaduras, estas no generan un daño, sino un estímulo.
La profundidad del tratamiento va a depender de la concentración en la que esté el ácido. Para un peeling superficial se puede usar ácido tricloroacético a 10 o 15% o ácido glicólico a 20%.
El efecto descamativo del peeling químico se puede evidenciar de inmediato o a los dos o tres días, dependiendo del ácido que se ocupe y su concentración.

Beneficios

Remueve la capa más externa de la piel que ya no tiene células vivas y estimula la formación de colágeno y células nuevas que le dan vitalidad a la zona tratada.

Indicaciones

Todo tipo de pieles, que buscan mejorar la luminosidad de la piel o disminuir alguna marca por acné, sol, línea de expresión o hiperpigmentación.

Sesiones

Va a depender del caso a tratar, por ello se realiza una evaluación previa.

Cuidados Posteriores

Hay que mantener bien lubricada la piel y limpiar con productos suaves. Lo más importante es usar protección solar y evitar el sol directo por lo menos las primeras 72 horas.

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